Litoral y Brasil 2017

Scroll this

Empezamos el viaje del 2017, que me parece el futuro. Digo la fecha, 2017, cuanto más la miro más me da la sensación de ser una fecha del futuro. Vane dice que es porque estoy viejo, lo dice sonriente. Estoy de acuerdo, supongo que no estamos en el futuro de un milenial. Aunque no sé bien qué es un milenial.

Vamos hacia el Amazonas.

Me llevo el libro que acaba de sacar Martín Castagnet, Los mantras modernos, ciencia ficción en un futuro cercano. En la página 49 unos ancianos de un geriátrico piden computadoras para mirar porno.

Empezamos haciendo dedo en la rotonda de Zarate, que es como estar viejo a destiempo. Nos pusimos en la salida de la YPF, a metros de la rotonda, un buen lugar para inclinar el pulgar hacia el norte. Primero nos llevó una pareja joven en una camioneta Toyota. Las camionetas nuevas tienen computadoras. Hoy en día, en el futuro, ningún humano posee todo el conocimiento necesario para fabricar un vehículo completo. Una misma persona no puede saber cómo hacer el caucho para las cubiertas y al mismo tiempo saber programar la computadora que controla el motor. Una misma persona no puede saber cómo hacer un parabrisas, un carburador y una placa madre. Es más, un solo individuo no puede programar una computadora y al mismo tiempo conocer todo el fondo matemático que hay detrás de ella. Vivimos necesariamente en una red de personas encastradas en sus trabajos y conocimientos hacia la nada. Una red caótica y funcional.

Después nos llevaron más camionetas tecnológicas y un auto viejo conducido por un adventista descreído de la teoría de la evolución. Nos regaló un libro con consejos para comer sanamente.

Estuvimos en el palmar de Colón, Entre Ríos, y ahora estamos en los esteros del Iberá, Corrientes. Acá, hoy en día, en el futuro, ocurre algo que tal vez nunca haya pasado en la historia de la humanidad: muchos animales silvestres ya no le temen a las personas. Pudimos acercarnos a dos o tres metros de carpinchos (Hydrochoerus hydrochaeris), zorro de monte (Cerdocyon thous), vizcachas (Lagostomus maximus), mulita pampeana (Dasypus hybridus), corzuela (Mazama gouazoubira), yacarés negros (Caiman yacare) y ciervos del pantano (Blastocerus dichotomus).

En Corrientes también crecen hongos visionarios (Psilocybe cubensis), que son la comida del futuro.

Vimos atardeceres psicodélicos (antes de comer los hongos).

Luego vimos amaneceres con los ojos cerrados. Y cosas así andábamos observando (y otras tantas con los ojos abiertos) acostados durante horas junto a una familia de carpinchos en el borde de la laguna, cuando un ciervo se nos acercó para pastar en el agua.

➮ Continúa  / ➮ Viaje anterior 

El LIBRO