(Perdón por los errores, estoy escribiendo rápido y sin corregir. Quiero mantener las crónicas al día.)
En realidad son dos zorros, una pareja. Viven a unos veinte metros de nuestra casa, en una quebradita entre nosotros y nuestros vecinos. Nuestros vecinos se llaman Martín y Jésica. Él tiene 39 años y ella 24. Viven en una cabaña que empezó a construir un amigo de Martín y que él terminó. Anoche nos invitaron a bañarnos a su cabaña que tiene un termotanque a leña. Después cenamos juntos. Ellos nos contaron sobre los zorros y cómo conviven con Negra, su gata.
La Cumbrecita está muy muy bien. Es decir, está muy bien salvo las dos o tres cuadras del centro, que más bien parece una maqueta tirolesa, cuestiones del negocio del turismo. Aunque, a decir verdad, tampoco están tan mal esas cuadras. Pero lo demás está realmente bueno: ríos, cascadas, bosques, valles y montañas.
Y también hay abedules, pinos, humedad y días frescos, todo lo que necesitan las amanitas.