La Cumbrecita es alucinógena. Un poco por las amanitas y un poco por las montañas.
Las amanitas contienen muscimol, ácido iboténico y trazas de muscarina.
Tal vez la muscarina se degrade con el calor de una salamandra y, tal vez, cierta cantidad del ácido iboténico se convierta en muscimol.
La muscarina y el ácido iboténico son tóxicos.
La muscarina y el ácido iboténico producen náuseas y el muscimol es alucinógeno.
Y también produce náuseas.
Un poco.
La montaña es alucinógena.
Y trepar en la nieve.
Y el sol en la nieve.
Y las nubes sobre la nieve.
Y el sol en el cuerpo de Vane.
Y la risa.
Y el pis.
¿Qué?
Las náuseas otra vez.
Un poco.
Nuestros vecinos también son alucinógenos.
Y el río.
Buscamos un camino.
Tal vez lo encontramos.
Como un zorro que huele un arbusto en la playa de un río de La Cumbrecita.